Con el pasar de los años, se han hecho frecuentes imágenes como las que protagonizan la presente nota, donde se puede ver personas que acampan en las calles de La Serena y realizan su vida normal, llegando incluso a colgar su ropa en la vía pública. Esta foto fue tomada en el bandejón central de la Avenida de Aguirre, a pasos del supermercado Líder y en la ruta que lleva al íconico Faro Monumental. Conocido el hecho, Seguridad Ciudadano arrestó a tres personas.
Este tipo de noticias abre el debate sobre el uso del espacio público, que va desde la estética de la ciudad hasta el tránsito libre y seguro, puesto que hay sectores que han aumentado sus índices de delincuencia con la presencia de estos grupos humanos. Esto viene ocurriendo desde hace años, tanto así que la prensa local acuñó el término «campista» para designarlos y buscar un par de visitas a costa del odio que los comentaristas en redes sociales les declaran.
Pero eso es solamente ver la parte pequeña del tema, la fácil, la monetizable. ¿Quién sabe si la alta presencia de estos «campistas» es muestra de la pobreza que vive la Región de Coquimbo?, ¿quién sabe si alguna de esas personas no pudo pagar sus deudas o no pudo con el alto costo de la vida que está provocando la gentrificación minera?, ¿quién sabe si son extranjeros que vinieron a Chile con la promesa de encontrar un «oasis» o invitados por políticos para quedar bien con Estados Unidos como fue el caso de los venezolanos?
No, no toda persona que vive en la calle es un delincuente, una muestra no hace un estudio completo. Es un fenómeno mucho más complejo que las notas sensacionalistas o las promesas de candidatos en año electoral. Un problema complejo y que dura en el tiempo… exige soluciones complejas que llevan tiempo.