El 19 de octubre entró en vigencia la legislación, que se aplicará de manera paulatina hasta que abarque todo el territorio nacional en 2026. Los letreros luminosos deben apagarse a la medianoche.
En algunos lugares de Chile es posible realizar actividades astronómicas, tanto científicas como turísticas, dadas las condiciones de sus cielos. Sin embargo, de la mano del crecimiento de las ciudades y el avance tecnológico, también vienen nuevas problemáticas como la contaminación lumínica, la cual corresponde a la alteración de la oscuridad natural de la noche, provocada por luz desaprovechada, innecesaria o inadecuada. Esto ha hecho necesaria la implementación de medidas de mitigación y de normativas que permitan mitigar los efectos de la iluminación artificial.
El 7 de diciembre de 1998 se creó la primera norma a través del decreto 686, con la que se buscó restringir la emisión de flujo radiante hacia el hemisferio superior, la sobre-iluminación y la emisión de luz en rangos no útiles para la visión humana. El año 2012 esta norma es revisada y el 3 de mayo de 2013 es lanzada la nueva norma enfocada mayormente a la protección de los cielos de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
Transcurrido el tiempo fue necesario ir realizando actualizaciones a la norma, las cuales se dieron en una serie de modificaciones a lo largo de los años, este conjunto de decretos y resoluciones abarca modificaciones y normativas relacionadas con la regulación de alturas en techumbres deportivas, la emisión de luminosidad artificial, y la protección de áreas científicas y biodiversidad afectadas por la luz artificial. También se incluyen medidas para fiscalizar normas ambientales, promover proyectos habitacionales en Coquimbo, y establecer protocolos de medición de emisiones luminosas entre 2021 y 2024.
La nueva norma de contaminación lumínica en Chile
Actualmente estamos en un momento de cambios importantes frente a la normativa, según explicó el Seremi del Medio Ambiente de la Región de Coquimbo, Leonardo Gros Pérez: «La importancia de la nueva norma lumínica radica en que su aplicación corresponde a todo el territorio nacional. Incorpora la protección a la biodiversidad y la protección a la salud humana, además de la variable de observación astronómica y es una herramienta que nos va a permitir tener una mejor fiscalización respecto a la calidad del cielo en todo el territorio del país».
La Nueva Norma de Emisión de Luminosidad Artificial Generada por Alumbrados de Exteriores -aprobada por el Decreto Supremo N°1 del 2022 del MMA-, surge a partir de la revisión de la Norma Lumínica vigente (Decreto Supremo N°43 del 2012 del MMA), y amplía su alcance de las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, a todo el territorio nacional, incorporando los factores biodiversidad y salud de las personas como objetivos de protección.
Esta entra en vigencia el 19 de octubre de 2024 y su aplicación será paulatina en todo el país, iniciando este año en Áreas de Protección Especial, como las Áreas Protegidas y Áreas Astronómicas, para luego continuar en octubre de 2026 con el resto del país.
Cambios en la norma lumínica
La nueva norma de contaminación lumínica introduce varios cambios importantes. Uno de los más relevantes es la regulación de los horarios de funcionamiento de letreros luminosos en exteriores, que deberán apagarse a medianoche (00:00 horas) y podrán encenderse nuevamente a partir de las 07:00 horas.
Además, regula el uso de luz artificial en eventos públicos, permitiendo su uso más allá del tiempo establecido sólo si cuentan con autorización del Delegado Presidencial Regional para eventos masivos.
Otro cambio significativo es la limitación en la temperatura de color de la luz, que no podrá exceder los 2.200°K en áreas de protección especial y los 2.700°K en otras zonas, favoreciendo el uso de luz ámbar en lugar de luz azul. La norma incluso señala que si se utiliza iluminación multicolor, debe evitarse el uso de luz azul.
Conciencia sobre la contaminación lumínica
En este sentido la Universidad de La Serena, mediante su proyecto IluminAconCiencia, busca promover buenas prácticas con respecto a la forma en que iluminamos y utilizamos este recurso, respetando la normativa y considerando aspectos que se desconocían con respecto a cómo la contaminación lumínica afecta la biodiversidad, la calidad de vida humana, la ciencia y la economía. A propósito de lo anterior Marcelo Jaque, director del proyecto, se refirió a la importancia de esta nueva norma: “Es muy satisfactorio saber que existe un compromiso real de las autoridades por el cuidado de la salud humana, la biodiversidad y el cuidado de los cielos oscuros, los cuales en muchas partes de nuestro país son un patrimonio cultural y una fuente de investigación y desarrollo económico. Esperamos que la nueva norma lumínica impacte de manera positiva en nuestra región de Coquimbo. Continuaremos con el monitoreo constante del brillo del cielo nocturno y a su vez, con las campañas de divulgación sobre la norma lumínica, como iluminar, los efectos de la contaminación lumínica y las distintas iniciativas que estamos desarrollando”.
Además se ha creado una campaña de redes sociales que busca la sensibilización a través de información relevante respecto a la nueva normativa, los tipos de luces y cómo esta se debe direccionar, además de explicar mediante tips cómo la sociedad puede contribuir en la mitigación de esta problemática por ejemplo apagando luces que no se utilicen o que apunten lugares innecesarios.