Tras varios años de intensa sequía, este 2024 estuvo mucho mejor en cuanto a la cantidad de precipitaciones ocurridas dentro de la Región de Coquimbo, aunque no sean como las de antaño. Las lluvias acontecidas en abril, mayo y las tres últimas de junio sirvieron para registrar un superávit para la fecha y el año; no obstante, eso no significa que se deba relajar el consumo de agua, especialmente por parte de los grandes consumidores, la agricultura y la minería, puesto que no significa que la sequía haya acabado.
Según el Boletín Climático del CEAZA, el agua embalsada en la Provincia del Elqui llegó a un 9%, mientras que Limarí un 5% y en Choapa un 45%, siendo el lugar que más ha podido recuperar su almacenamiento del vital compuesto. En cuanto al caudal de los tres principales ríos de la Región presentan valores que son históricos para la temporada: Elqui con 33%, Limarí con un 35% y Choapa con un 54%.
Cordillera Nevada
Un paisaje que ha cautivado a quienes transitan por las carreteras interregionales ha sido la importante cantidad de nieve presente en la Cordillera de los Andes. El CEAZA ha calculado un total de 6.320 km2 de cobertura, valores normales para la época. Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del CEAZA destaca que la nieve es importantísima para «los embalses y caudales es lo acumulado hasta septiembre, cuando llega el fin de la temporada lluviosa y comienza la temporada de deshielo en la cordillera».
Sigamos cuidando el agua: la sequía no se ha acabado
Si bien no podemos predecir cómo estarán las lluvias en los próximos años, el llamado es a seguir siendo responsables en el consumo de agua y no malgastarla, además de seguir fiscalizando el uso que hacen de ellas las actividades económicas, especialmente la agricultura y la minería, puesto que en su búsqueda del recurso ayudan fuertemente a secar el agua de las napas, necesarias para el florecimiento de los valles, la alimentación de los animales y el consumo de las pequeñas comunidades. Una faena minera usa más agua de la que tú usarás… durante toda tu vida, pero eso no significa que hagamos nuestra parte. El único perjudicado si dejas el agua corriendo serás tú mismo, trayendo nuevamente el fantasma del racionamiento.
Por ello es entendible que uno se sienta mal cuando esas mismas empresas poco más que te exigen bañarte en dos minutos en un invierno frío como el que vivimos, mientras ellos malgastan agua o la extraen irresponsablemente con sus motobombas, como las que se ven en el Valle del Elqui. Después dirán que «el agua se las llevaron los marcianos». No sorprendería; años atrás, grupos conservadores llamaron a protestar a favor de la privatización del agua y en contra del cambio climático dejando correr las llaves de las duchas, lavamanos y lavaplatos. Ellos se veían al espejo como héroes, pero es hora de llamarlos realmente como lo que son: una tropa de cretinos.