La Serena y Coquimbo tiene mejor de calidad que Ovalle, para sorpresa de absolutamente nadie. Solamente que ahora esta afirmación se encuentra respaldada por los resultados de la última versión del Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) realizado por la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los expertos se mostraron sorprendidos por las evidencias obtenidas, pero, para quienes viven en la Región desde que abrieron los ojos primera vez, no es novedad.
En cuanto a los resultados por comuna, La Serena avanza de la calificación «Medio Alto» a «Alto», mejorando su calificación a pesar de marcar los mismos resultados en las 6 variables constitutivas del estudio obtenidas en 2022. Sus debilidades son Condiciones Laborales, Conectividad y Movilidad.
Coquimbo, por su parte, mantuvo su condición «Medio Bajo» y sus dimensiones críticas son Condiciones Laborales y Condiciones Socioculturales.
Finalmente, es la capital de la Provincia del Limarí, Ovalle, la que presenta la evaluación más deficiente, en comparación con el Área Metropolitana de La Serena-Coquimbo. De las seis dimensiones, presenta una calificación baja en cuatro: Condiciones Laborales, Ambiente de Negocios, Conectividad y Movilidad, Salud y Medioambiente. En tanto, en las otras dos solamente alcanza un «Medio Bajo»: Condiciones Socioeconómicas y Vivienda y Entorno.
Finjamos Sopresa
Con riesgo de ser reiterativos, esta noticia no sorprende a nadie que sea originario de la Región de Coquimbo. Con el correr de los días, de seguro aparecerán candidatos y algunos de sus bots a buscar culpables o a prometer que con ellos esto no pasará jamás. Los años electorales siempre son movidos.
Lo cierto es que este tipo de situaciones se repiten a lo largo de las regiones del país, donde las capitales regionales siempre tendrán más beneficios que las capitales provinciales, ni hablar de ciudades más pequeñas, aisladas o aquellas que solamente son localidades. Esto no es de ahora, aunque suene cliché.
El centralismo no solamente se da desde Santiago hacia las regiones. No habla solamente de mala gestión política, sino que también de egoísmo, porque muy pocos aceptarán un pequeño detrimento en su calidad de vida para mejorar la de aquellos que viven lejos de los polos urbanos. Cualquiera que haya ido a Ovalle, no podrá negar que las micros destartaladas que transitan por sus calles son las que dieron «de baja» acá en la ex conurbación.
Veremos qué le deparará el futuro a Ovalle y su gente, puesto que la experiencia indica que cuando un área metropolitana nace, comienzan a acaparar todos los recursos y el resto, bien gracias.