La semana pasada se desarrolló una actividad en el marco del ingreso al Sistema de Evaluación el Estudio de Impacto Ambiental (SEA) de la desaladora El Panul para La Serena y Coquimbo.
Las variadas autoridades que llegaron hasta El Panul debieron enfrentar una protesta por parte de agrupaciones ambientalistas e indígenas y vecinos de la zona.
Proyecto de Desaladora en El PanulParlamento Ambiental Ciudadano, una de las orgánicas que se manifestaron en el lugar, explicaron a El Norte el daño ambiental que traerá consigo esta nueva planta: «la salmuera se tirará al mar con emisario marino, siendo una tecnología obsoleta, no productiva y que genera una devastación al ecosistema marino, matando todo tipo de vida, incluyendo larvas de peces y moluscos. Además del plancton, fundamental para la vida en el Océano. Otro punto a destacar es que la Corriente de Humboldt llevará esta salmuera hacia el Archipiélago. La descarga de salmuera genera cambios de Ph, aumento de la temperatura y densidad del mar, eliminando su oxigenación. El cambio de Ph aporta a la acidificación de los océanos, acentuando el cambio climático y cortando los ciclos del agua».
El proyecto de la planta desaladora de El Panul fue propuesto como una forma de paliar los efectos de la sequía sobre la Región de Coquimbo, buscando encontrar formas de encontrar agua para el consumo humano, pero ya las cejas deberían arquearse el ver que el mismo MOP declara en su presentación del proyecto que potencialmente podría «expandirse a otros sistemas».
El organismo detalla que «la iniciativa plantea un servicio de desalinización de agua de mar mediante el sistema de osmósis inversa, con una capacidad de producción estimada de 1.200 litros/segundo, incluyendo además las obras del sistema de captación para la alimentación de la planta, emisario de descarga de salmuera, sistemas de prefiltración así como las obras para el sistema de conducción y bombeo a un estanque de distribución de agua potable de 8.000 m3, preliminarmente ubicado a cerca de 21 km de la planta. La obra beneficiará a una población estimada de 460.000 habitantes de las comunas de Coquimbo y La Serena».
Si se expanden los usos de la agua obtenida ¿quién terminará llevándose realmente la mayoría de ella?
Los gremios mineros y agrícolas siguen expandiendo su poder e influencia gracias al fortalecimiento de sus asociaciones gremiales influyendo en los de comunicación regionales y la manera cómo se realizan las cobertura de estas temáticas.
Llama la atención la falta de atención sobre el uso te tecnología antigua en este proyecto. La salmuera podría convertirse en un subproducto y no lanzarse al mar, por ejemplo.
En definitiva, no estamos muy lejos del día en el que debamos vivir las dificultades de políticas de racionamiento del recurso, mientras las empresas lo seguirán utilizando de forma irresponsable y la presión por la ejecución de este tipo de proyectos aumentará.
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